La respiración consciente
Respira para cuidar de tu ira
Cuando la energía de la ira, la envidia o la desesperanza se manifiesta en nosotros, debemos saber manejarla, de lo contrario nos anegará y sufriremos enormemente. La respiración consciente es la práctica que nos ayuda a cuidar de nuestras emociones.
En primer lugar, para cuidar de nuestras emociones, hemos de aprender a cuidar de nuestro cuerpo. Al ser conscientes de la inspiración y la espiración, tomamos conciencia del cuerpo. «Inspirando, soy consciente de todo mi cuerpo; espirando, soy consciente de todo mi cuerpo». Vuelve a tu cuerpo. Abrázalo con la energía de ser consciente, generada con la práctica de respirar conscientemente.
En la vida cotidiana podemos estar muy atareados con muchas cosas y olvidar lo importante que el cuerpo es para nosotros. Nuestro cuerpo tal vez esté sufriendo o haya enfermado. Por eso hemos de aprender a volver a nuestro cuerpo, para abrazarlo tiernamente con la energía de ser consciente. Al igual que una madre sostiene tiernamente a su bebé entre sus brazos, nosotros hacemos lo mismo. Volvemos a nuestro cuerpo para abrazarlo con ternura, con la energía de ser consciente. Después de haberlo abrazado como un todo, empezamos a abrazar las distintas partes de nuestro cuerpo, una a una: los ojos, la nariz, los pulmones, el corazón, el estómago, los riñones y el resto.
Extracto del libro:
LA IRA (El dominio del fuego interior)
Thich Nhat Hanh
Thich Nhat Hanh
Fotografía de Internet