Les quiero ofrecer un ejercicio de respiración. Estoy seguro de que si lo hacen en momentos difíciles, encontrarán alivio.
Inhalando, sé que estoy inhalando.
Exhalando, sé que estoy exhalando.
Inhalando, observo que mi inhalación
se ha vuelto más profunda.
Exhalando, observo que mi exhalación se
ha vuelto más lenta.
Inhalando, me calmo; exhalando, me siento
a gusto.
Inhalando, sonrío; exhalando, suelto.
Inhalando, vivo en el momento presente.
Exhalando, siento que es un momento
maravilloso.
Inhalo; exhalo; profunda, lenta.
Calma, a gusto; sonrisa, soltar.
Momento presente, momento maravilloso.
Primero practicamos «Inhalo», «Exhalo». Tomando aire decimos «Inhalo», calladamente, para nutrir la consciencia de que estamos inhalando. Cuando expulsamos el aire decimos «exhalo», conscientes de que estamos exhalando. Cada palabra nos sirve de guía y nos ayuda a regresar a nuestra respiración en el momento presente. Podemos repetir «Inhalo, exhalo» hasta comprobar que nuestra concentración es apacible y sólida.
Luego decimos «Profunda» con la próxima inhalación, y «Lenta» con la exhalación siguiente. Cuando respiramos conscientemente nuestra respiración se vuelve más profunda y más lenta, más apacible y agradable. Continuamos respirando, «Profunda, lenta, profunda, lenta», hasta que nos apetezca pasar a la frase siguiente, que es «Calma, a gusto».
«Calma» significa que calmamos nuestro cuerpo, traemos paz a nuestro cuerpo. Inhalando, incorporo el elemento de calma. Si tenemos un sentimiento o una emoción que nos hace sentirnos menos apaciguados, calmarse significa calmar ese sentimiento o esa emoción. Inhalando, calmo mis emociones. Inhalando, calmo mis sentimientos. Al exhalar decimos «a gusto», lo que significa hallarse ligero, relajado, y sentir que nada es tan importante como nuestro bienestar.
Cuando hemos acabado con «Calma, a gusto» pasamos a «Sonrisa, soltar». Al inhalar, aunque no sintamos mucha alegría en ese momento, de todos modos podemos sonreír. Cuando sonreímos nuestra alegría y nuestra paz se afianzan aún más y la tensión se desvanece. Cuando exhalamos, decimos «soltar». Soltamos lo que nos está haciendo sufrir, una idea, un temor, una preocupación, el enojo.
Por último, volvemos a «Momento presente, momento maravilloso». «Inhalando, vivo el momento presente. Exhalando, siento que es un momento maravilloso». Recuerden que el Buda dijo que el momento presente es el único momento en que la vida está a nuestra disposición. Por tanto, para tocar la vida profundamente debemos regresar al momento presente.
Nuestra respiración es como un puente que une nuestro cuerpo y nuestra mente. En nuestra vida diaria es posible que nuestro cuerpo esté en un sitio y nuestra mente en otro, en el pasado o el futuro. Esto se llama estado de distracción. La respiración es un nexo entre el cuerpo y la mente. Al empezar a inhalar y exhalar de forma plenamente consciente su cuerpo regresará a su mente en un instante. Y al empezar a inhalar y exhalar conscientemente su mente regresará a su cuerpo. Serán capaces de percibir la unidad del cuerpo y la mente y llegarán a estar plenamente presentes y vivos en el aquí y el ahora. Estarán en condiciones de tocar la vida profundamente. Esto no es difícil. Todo el mundo lo puede hacer.
Extracto del libro:
Sea libre donde esté
Thich Nhat Hanh
Fotografía tomada de internet