jueves, 2 de marzo de 2017

USTED ES UN MILAGRO









Cuando me como una naranja, puedo hacerlo como un acto de meditación. Sosteniendo la naranja en la palma de mi mano, la miro conscientemente. Miro la naranja largo rato de forma plenamente consciente. «Inhalando, hay una naranja en mi mano. Exhalando, sonrío a la naranja». Para mí la naranja no es ni más ni menos que un milagro. Cuando miro una naranja en el aquí y el ahora, la puedo ver con mis ojos espirituales, el azahar, la luz del sol y la lluvia sobre los azahares, la minúscula naranja verde, y luego el árbol que trabaja con el tiempo para que la naranja crezca todo lo que puede. Miro la naranja que hay en mi mano y sonrío. No es ni más ni menos que un milagro. Inhalando y exhalando conscientemente llego a estar plenamente presente y plenamente vivo, y entonces me veo como un milagro.





Queridos amigos, no son ni más ni menos que un milagro. Hay momentos en que creen que no valen nada. Pero no son ni más ni menos que un milagro. El hecho de estar aquí con vida y capacidad de inhalar y exhalar demuestra de sobra que son un milagro. Una hoja de lechuga contiene todo el cosmos, la luz del sol, la lluvia, toda la Tierra, el tiempo, el espacio y la consciencia. También ustedes contienen todo el cosmos.





Contenemos el Reino de Dios, la Tierra Pura del Buda, en cada célula de nuestro cuerpo. Si sabemos cómo vivir, el Reino de Dios se nos manifestará en el aquí y el ahora. Con un paso podemos entrar en el Reino de Dios. No tenemos que morir para entrar en el Reino de Dios; de hecho, debemos estar muy vivos. El infierno está también en cada célula de nuestro cuerpo. Sólo tenemos que elegir. Si regamos sin cesar la semilla del infierno en nosotros cada día, el infierno será la realidad en la que vivamos cada día. Pero si sabemos como regar la semilla del Reino de Dios que hay en nosotros cada momento de nuestra vida, entonces el Reino de Dios se convertirá en la realidad en que vivamos cada momento de nuestra vida. Esta es mi experiencia.





No hay ningún día en que no camine en el Reino de Dios. Aunque me halle en este sitio o en algún otro, siempre soy capaz de caminar con plena consciencia y el suelo que hay bajo mis pies siempre es la Tierra Pura del Buda o el Reino de Dios. Nadie me puede privar del Reino de Dios. Para mí, el Reino de Dios es cuestión de ahora o nunca. No se halla en el tiempo o el espacio; se halla en nuestros corazones. Es necesario que lleguen a caminar y a tocar la Tierra conscientemente, como si fuera un milagro. Si saben regresar al aquí y al ahora, si saben tocar el Reino de Dios en cada célula de su cuerpo, se les manifestará inmediatamente en el aquí y el ahora.









Extracto del libro:



Sea libre donde esté


Thich Nhat Hanh


Fotografía tomada de internet