domingo, 4 de junio de 2017

SOBREGENERALIZACIÓN


Cuatro sesgos o distorsiones que terminan alimentando al monstruo y haciéndolo cada vez menos poderoso: catalogar o etiquetar a las personas; polarización caprichosa: «Los otros son todos iguales»; sobregeneralización; y siempre alerta (o la paranoia del fanático). 

SOBREGENERALIZACIÓN 

Se generaliza el hecho aislado pensando que si ocurrió una vez seguirá ocurriendo indefectiblemente. Es el origen del cliché. Se simplifica la realidad por extensión. Por ejemplo: si llegaste tarde una vez, eres impuntual. Si una vez te vestiste mal, tienes mal gusto. Si conoces un escritor con ínfulas de sabelotodo, concluyes que los escritores no pueden con su ego. Si un soviético se emborracha en un hotel, la deducción es que todos los rusos consumen mucho alcohol.

La generalización excesiva puede ser de comportamientos o de personas: «Mi pronóstico es que tu comportamiento se mantendrá per secula seculorum» o «La conducta de tu amiga me demuestra claramente que las divorciadas son un mal ejemplo para las mujeres casadas.» Los estereotipos son producto de generalizaciones desmedidas, que se sustentan y alimentan de éstas.


Extracto del libro:
El arte de ser flexible
Walter Riso
Fotografía tomada de internet