miércoles, 7 de junio de 2017

TAO TE KING: PRINCIPIO 27







El buen caminante no deja huella.


El buen orador no necesita desmentir.





El que sabe calcular no necesita ábaco.


Quien sabe cerrar no precisa candado ni llaves,


y sin embargo, nadie puede abrir lo que él cierra.





Quien sabe atar no precisa cuerdas ni lazos,


y sin embargo, nadie puede desatar lo que ata.





El Sabio siempre conoce


el modo de salvar a las personas;


por eso, para él, no existen hombres reprobables.





Siempre sabe cómo salvar a las cosas;


por eso, no hay cosas viles para él.





A esto se le llama lucidez innata.


Así, los hombres buenos


son los maestros de los menos buenos,


y estos, la materia de aquellos.





Quien no estima a sus maestros,


así como quien no ama la materia de que dispone,


yerra gravemente, por mucho que sepa.


Este es el gran secreto.









Extracto del libro:



Lao-Tsé


Tao Te King


Fotografía tomada de internet