No puedes imaginar el silencio, no puedes imaginar la belleza, no puedes imaginar el sabor que tiene estar absolutamente solo, sin que nadie pueda acceder a ti, sin que nada te alcance. No puedes comprender la bendición, la dicha que se produce. Sigue volviéndote hacia adentro, y llega al punto en que ni un solo pensamiento pueda aparecer ni visitarte.
Llega al punto en que sólo quede el dueño de casa, sin que vengan huéspedes. Sólo entonces, el verdadero invitado golpeará a tu puerta. Sólo entonces Dios, sólo entonces el estado de nirvana, la iluminación, la suprema luz, la verdad, o como quieras llamarlo, golpeará a tu puerta. Cuando no estás disponible para el mundo, estás disponible para Dios. Hasta que esto, la soledad total, no suceda, no serás un vehículo justo para que la divinidad descienda.
Referencia:
El dios de todos (Osho)
Un camino espiritual para descubrir a Dios
Fotografía tomada de internet