lunes, 2 de julio de 2018

SÉ BUENO CONTIGO MISMO







Cuando bebes alcohol, fumas marihuana o consumes drogas, al principio tal vez te sientas bien, pero has de saber que estas sensaciones son muy peligrosas porque pueden llevarte a una adicción y causarte mucho sufrimiento. Te ruego que no te dejes engañar por estas sensaciones en apariencia agradables. Obsérvalas a fondo, ya que pueden contener el potencial de las sensaciones dolorosas que más tarde se manifestarán en ti.





Por eso es tan importante ser consciente de lo que sientes, bebes o comes. Cuando observamos el alcohol que estamos bebiendo, podemos ver a mucha gente que se está muriendo en este preciso momento de hambre. Cuarenta mil niños mueren cada día de desnutrición y, como ya sabes, para fabricar bebidas alcohólicas se necesitan muchos cereales. Si observas a fondo el hecho de beber esta clase de bebidas, ya no te resultará agradable hacerlo porque desearás evitar el uso de cereales destinados a la fabricación de bebidas alcohólicas para que la gente que está hambrienta tenga algo que comer.





La consciencia también es un alimento. Te lo creas o no, cuando lees un artículo de una revista, miras la televisión o vas al cine, estás ingiriendo consciencia, porque esos medios reflejan la consciencia colectiva de un grupo de personas con unas determinadas opiniones, sentimientos y formas de pensar. El Buda dijo que debes ser consciente de la cantidad de consciencia que ingieres. Algunas clases de consciencia no son buenas ni sanas para ti, en especial si ya tienes problemas.





Por ejemplo, un programa de la televisión, un libro en nuestra consciencia si esas noticias, información, imágenes y sonidos alimentan nuestro miedo, angustia o desesperanza. Los anuncios también pueden ser tóxicos y hemos de considerar sus mensajes cuidadosamente. Muchas empresas prometen que si compramos un determinado producto seremos felices: “Ser feliz es fácil, sólo ha de comprar esto”.





Las imágenes y sonidos que suelen llamamos la atención contienen toxinas de las que hemos de protegernos. Si sigues ingiriendo esa clase de consciencia, acabarás enfermando. Por eso necesitas seleccionar lo que consumes e ingerir la consciencia que te conduzca a la curación y la transformación.





Un consumo responsable significa que sólo dejamos que el cuerpo y la mente ingieran unos alimentos sanos. Practicamos el comer y beber de manera consciente, sin consumir alcohol o drogas, y sin comer alimentos que contengan toxinas. Lo hacemos tanto para nosotros mismos como para los miembros de nuestra familia y para la sociedad. El apoyo de la familia y los amigos puede ayudarnos a llevarlo a cabo.






Extracto del libro:


A la sombra del manzano rosal


El budismo explicado a los niños


Thich Nhat Hanh


Fotografía tomada de internet