viernes, 21 de junio de 2019

COMPRENDER ES LA CLAVE


DE LA AGONÍA AL ÉXTASIS

La alegría significa entrar en tu ser. Al principio resulta 
difícil, arduo. Al principio tendrás que enfrentarte con
el sufrimiento; el camino es muy duro. Pero cuanto
más te internes en él, mayor será la recompensa.

Comprender es la clave

HAY QUE COMPRENDER UNA COSA: que la iluminación no significa huir del dolor, sino comprender el dolor, comprender tu angustia, tu sufrimiento; no es una tapadera, ni un sustituto, sino una profunda comprensión: «¿Por qué soy tan desgraciado, por qué tanta angustia, tanta tensión, cuáles son las causas de que yo mismo cree todo esto?». Y ver claramente esas causas equivale a librarse de ellas.

Comprender tu sufrimiento te libera de ese sufrimiento, y lo que queda es la iluminación. La iluminación no te llega así como así. Viene cuando se han comprendido perfectamente el dolor, la desdicha, la angustia y la tensión y se han evaporado porque ya no existe causa alguna para que sigan existiendo en ti: ese estado es el de la iluminación.

Por primera vez en tu vida te proporcionará verdadera satisfacción, verdadera dicha, verdadero éxtasis. Y sólo entonces podrás comparar.

Lo que denominabas «satisfacción» no era satisfacción. Lo que llamabas «felicidad» no era felicidad. Pero ahora mismo no tienes nada con qué compararlo.

Cuando la iluminación te permita conocer un poco de lo real, verás que todos tus placeres, toda tu felicidad eran simplemente sueños, que no eran reales. Y lo que ha llegado ahora se quedará para siempre.

Ésa es la definición de lo real: una satisfacción que cuando llega no se va. Una satisfacción que viene y se va no es satisfacción; es simplemente un intervalo entre dos desdichas. Igual que llamamos «período de paz» al intervalo entre dos guerras, que no es en absoluto un período de paz, sino la preparación para otra guerra. Si la guerra es positiva, el período entre dos guerras es una guerra negativa, una guerra fría. Funciona soterradamente; estamos preparándonos para una guerra en toda regla.

Todo lo que viene y se va es un sueño. Vamos a definirlo así: todo lo que viene y no se va es real. 

Intenta comprender tu sufrimiento. Vívelo, profundiza en él, averigua la causa, por qué está ahí. Que la comprensión sea tu forma de meditación.

Y trata de comprender tu satisfacción también, tu felicidad, y verás lo superficial que es. Una vez que sepas que tu felicidad es superficial y tu angustia muy profunda -y es algo que tienes en tus manos-, podrás cambiar el funcionamiento de tu consciencia. Tu satisfacción puede convertirse en tu ser entero, sin siquiera un rinconcito para la insatisfacción.

Tu amor se convierte en tu vida entera. Y se mantiene. Pasa el tiempo, pero lo que has logrado sigue haciéndose más profundo. De él brotan sin cesar flores y cantos. Eso es lo que llamamos iluminación. Es una palabra de Oriente, pero la experiencia no tiene nada que ver ni con Oriente ni con Occidente.



Bibliografía: 
Alegría: Osho
Fotografía tomada de internet