EL SENDERO ES LA META
Si existe alguna posibilidad de iluminarse, es ahora mismo, no en algún momento futuro. El momento es ahora. 
¿QUÉ HACE FALTA para emplear la vida que se nos ha dado  en  hacernos más  sabios,  en  vez  de atascarnos más? ¿Cuál es la fuente de sabiduría a nivel personal e individual? 
En la medida en que comprendemos las enseñanzas, la respuesta a estas preguntas parece estar relacionada con llevar hacia el sendero todo aquello con lo que nos encontramos. Cada cosa tiene su base natural, su camino de desarrollo y su florecimiento. Esto equivale a decir que cada cosa tiene un principio, un medio y un final. Pero también se dice que el sendero es tanto el terreno de base como  el  florecimiento.  Por  eso  a  veces  leemos:  «El sendero es el objetivo.» 
Este sendero tiene una característica distintiva: no está prefabricado, no existe todavía. El sendero por el que caminamos es la evolución momento a momento de nuestra experiencia, la evolución momento a momento del   mundo   fenoménico,   la   evolución   momento   a momento de nuestros pensamientos y emociones. 
El sendero no es la ruta 66 con destino a Los Ángeles. No  podemos  sacar  el  mapa  y  planificar  que  este  año llegaremos a Gallup, Nuevo México, y que quizá para el 2001  lleguemos  a  Los  Ángeles.  El  sendero  no  está dibujado. Viene a la existencia momento a momento, y al mismo tiempo desaparece detrás de nosotros. Es como ir sentados en un tren mirando hacia atrás. No podemos ver hacia dónde vamos, sólo vemos dónde hemos estado. 
Esta enseñanza es muy estimulante porque dice que la fuente de la sabiduría es lo que nos pasa hoy. La fuente de la sabiduría es cualquier cosa que nos pase en este mismo instante. 
Siempre estamos en cierto estado de ánimo; podemos estar tristes o enfadados y podemos estar en un estado no muy   concreto,   en   una   especie   de   bruma.   También podemos estar alegres y divertidos. En cualquier caso, sea cual sea nuestro estado de ánimo, ése es el camino. 
Cuando algo nos duele en la vida no solemos pensar que  ése  sea  nuestro  camino  y  la  fuente  de  nuestra sabiduría. De hecho, pensamos que estamos en el camino para librarnos de esa sensación dolorosa. («Cuando llegue a Los Ángeles ya no me sentiré así.») Al mismo nivel en que queremos librarnos de nuestros sentimientos y sensaciones, cultivamos inconscientemente una sutil agresión contra nosotros mismos. 
Sin embargo, el hecho es que cualquiera que haya empleado los momentos y días y años de su vida en llegar a ser más sabio, más bondadoso y a sentir más el mundo como su hogar, ha aprendido de lo que ha ocurrido justamente ahora. Podemos aspirar a ser bondadosos justo en este momento, a relajarnos y a abrir nuestro corazón y mente  a  lo  que  hay  frente  a  nosotros  justo  en  este momento. El momento es ahora. Si hay alguna posibilidad de iluminarnos, es justamente ahora, no en cualquier momento futuro. El momento es ahora.
Extracto del libro:
Cuando Todo Se Derrumba
Pema Chödron
Fotografía de Internet

