miércoles, 15 de enero de 2020

LOS GRANDES PRINCIPIOS DE LA VIDA


CAPITULO 9
LOS GRANDES PRINCIPIOS DE LA VIDA

La capacidad de crear tu realidad es una expresión de la Divinidad. Por eso funciona siempre. Es imposible que no funcione, es un principio fundamental del universo. Es la naturaleza de las cosas.

Acabo de decir que la «atracción» es una herramienta cuya eficacia es máxima cuando se emplea para el propósito para el que fue concebida. Es decir, suele producir los resultados deseados cuando se le da el uso para el que fue diseñada. Pero siempre está produciendo algún resultado, pues siempre se está usando, de manera consciente o inconsciente por parte de los que la usan.
Éste es el gran don de Dios: energía continua, encendida continuamente.

Aquí estamos hablando de un proceso sistemático de causas y efectos que no se apaga nunca.

Dios es ese proceso. Dios es ese sistema. Esto es lo que quiere decir Dios cuando nos dice: «Yo estaré siempre con vosotros, hasta el fin de los tiempos».

Es una faceta de Dios que en general no se entiende y que rara vez se explica. Casi nunca se explica en relación con el tema de la Creación Personal.

Debemos poner ahora en su contexto esta cuestión de la «atracción».
La Energía de Atracción forma parte de un sistema más amplio de causas y efectos del universo.

Hablar de la «atracción» como si fuera una ley por sí misma sería un poco como hablar de la gravedad sin debatir los efectos físicos de la gravedad y sus causas. Vale, las cosas se caen, ¿y qué?

Vamos a estudiar, pues, y a fondo, los grandes principios de la vida.

La vida se expresa por medio de:
  1. La Energía de Atracción, que te otorga poder.
  2. La Ley de los Opuestos, que te otorga oportunidades.
  3. El Don de la Sabiduría, que te otorga discernimiento.
  4. La Alegría de la Maravilla, que te otorga imaginación.
  5. La Presencia de los Ciclos, que te otorga eternidad.

Este sistema más amplio regula el Proceso de la Creación Personal. Hasta podrías dar a este sistema, y a este proceso, el nombre de «Dios».

Esta idea es nueva para muchas personas. Invítate a ti mismo a explorar esta idea de momento. ¿Es posible que «Dios», a fin de cuentas, sea en realidad un proceso? ¿Y es posible que este proceso sea la experiencia llamada Vida? ¿Es que el Proceso de la Creación Personal no es más que el devenir de la vida según se expresa de manera natural?

He llegado a entender que la Vida es Dios. Es Dios siendo Dios y convirtiéndose en lo que va a ser Dios a continuación. Se trata de un sistema complejo y extraordinario que incluye un proceso que produce una expresión llamada vida.

Este sistema es un círculo. Represéntate mentalmente este círculo. En el círculo, el proceso de la vida produce la expresión de la vida; la expresión de la vida crea la vivencia de la vida, y la vivencia de la vida crea el proceso de la vida.

Una cosa conduce a otra, la otra a otra más, y se cierra un círculo que no termina nunca. Todo es Uno.

La vida, al ser creada, es el proceso; la vida, al aparecer, es la expresión, y la vida, al afectarnos, es la vivencia. El modo en que nos afecta viene determinado por nosotros; y esto es una cosa que no entiende la mayoría de la gente.

El ciclo eterno del proceso/expresión/vivencia es la Divinidad Misma. Es Dios, diosando.

Esta es la manifestación de la Presencia de los Ciclos. Todas las cosas responden a esta presencia. Todas las cosas existen en ciclos. Todas las cosas tienen su ser dentro del sistema, y fuera de este sistema no hay nada.

La atracción forma parte de este sistema, así como los otros grandes Principios de la Vida. El empleo consciente de los Principios que constituyen la base del Proceso de la Creación Personal produce una Expresión de la vida que conduce a la Vivencia de la Divinidad.

¿Me sigues hasta aquí? No me pierdas de vista. No dejes de seguirme.
Vuelve a releer un poco si quieres. No dejes de seguirme.

Ahora bien... del mismo modo que la física explica y controla los aspectos físicos de nuestras vidas, también la metafísica explica y controla los aspectos y los elementos de nuestras vidas que son superiores a lo físico.

La atracción forma parte de esta metafísica. Es un imán de energía. Atrae hacia sí todo lo semejante a sí mismo. Sigue por completo el principio que dice que lo semejante atrae a lo semejante.

Este imán de energía, este poder que procede de Dios, lo estamos utilizando nosotros en el Proceso de la Creación Personal; y lo estamos utilizando constantemente, seamos conscientes de ello o no, lo reconozcamos o no.

De manera que, cuando debatamos nuestro propio poder de producir nuestra propia realidad, ya no tendremos que preguntarnos: «¿Dónde interviene Dios en todo esto?».

Ahora ya lo sabemos.




Del libro:
Dios es felicidad
Convierte tu vida en una experiencia extraordinaria
Neale Donald Walsh
Foto tomada de internet