El Maestro Tao Shu era miembro de la escuela chan del Norte, fundada por Shen Hsiu. En cierta ocasión, él y un grupo de discípulos fueron a hacer un retiro a las montañas para practicar el chan en soledad.
Un espíritu maligno empezó a acosarlos día y noche, apareciéndoseles bajo diversos aspectos, como un sucio mendigo, un Buda, un bodhisattva o un monje, o produciendo luces y sonidos mágicos. Los jóvenes monjes estaban asustados y a punto de volverse locos a causa de lo exagerado de muchas de sus travesuras diabólicas. Pero una mañana, tras diez años de inventar estratagemas, el espíritu desapareció de repente.
-Ese malabarista hizo muchas de sus estratagemas con el propósito deliberado de engañar vuestra mente -explicó el Maestro.- Sólo había un recurso contra sus estratagemas: no hacer nada. Esto significa no ver nada, no oír nada. Incluso una infinidad de estratagemas tienen finalmente que agotarse, pero el método de no hacer nada es infinito y puede ser empleado siempre.
Comentario: Si Tao Shu hubiera intentado defenderse contra las estratagemas del demonio recurriendo a sus propias capacidades de transformación, se hubiera producido probablemente una interminable batalla entre dos magos. Sólo al adherirse a no hacer nada fue posible vencer al demonio, anulando su habilidad De hecho, el método de no hacer nada puede producir algo duradero, plenamente de acuerdo con la enseñanza Lao Tse de que la no existencia produce lo que existe. Todo tiene sus límites, e incluso las cosas más grandes y más fuertes no son inmortales. Pero la nada es ilimitada porque no tiene forma y, debido a ello, puede ser utilizada universalmente. En la mente chan ocurre lo mismo con el «vacío», que resulta ser la más útil y significativa de las cosas Verdaderas.
Extracto tomado del libro:
100 Koans del budismo Chan
Alexander Holstein
Imágenes tomadas del Internet