viernes, 17 de julio de 2020

13. EL ADIESTRAMIENTO DE LA MENTE


La mayor parte de la gente de los países desarrollados cree que han nacido para divertirse. Cada cual según su edad va recorriendo los abundantes ofrecimientos del placer confundiendo cada vez más el sentido de su vida.

A medida que el tiempo va pasándose, van acumulando las complicaciones de la existencia en forma de frustraciones, sufrimientos, pérdidas y ganancias en riesgo, de manera que nunca se alcanza una satisfacción estable y a toda prisa hay que buscar la siguiente ocupación prometedora. La gente, alguna, se da cuenta de que es un camino imparable que conduce a mayor insatisfacción, estrés, desgaste, ansiedad, prisa, depresión, esfuerzo en un círculo vicioso desesperante y angustioso.

Ni los científicos, filósofos, psicólogos, psiquiatras, religiosos, curanderos, políticos… saben “cómo” superar esto porque también están identificados con el programa de su Ego, enajenados, hipotecados por deseos, pensamientos, necesidades emocionales inmediatas, que no son otra cosa que adicciones aprendidas por una mente que ha sido adiestrada durante años a perseguir y lograr objetivos, a sustituirlos, a compensarse cuando no se logran. Es la misma estrategia que refuerza al predador que corre tras la presa. Acierta las suficientes veces como para satisfacer la emoción de su hambre y así aprende a repetir el procedimiento.

Frente a este adiestramiento de la mente hay estrategias para otro adiestramiento, el del desapego a las esclavitudes nombradas que de necesidades pasan a verse como hábitos, adicciones, dependencias… karma.

La mente superficial o Egótica cree que el control se ejerce por medio de influencias educativas condicionadoras tanto amables o positivas como por el miedo o negativas o bien mixtas. En todo caso se trata de un tipo de control superficial con mucho gasto de energía.

El Control profundo es sin esfuerzo y procede del desapego y la realización de la Propia Naturaleza sin palabras ni ideas.

En la Naturaleza, la Vida o el Cosmos no hay Buda Alguno.

El Buda transmite las Enseñanzas de ayuda al Hombre para que se libere a sí mismo y a los seres en los que ha influido.

El Control profundo es la sabiduría del Cosmos, la libertad en la interdependencia de los seres tal y como son.


Bibliografía: 
La luciérnaga ciega: Soko Daido Ubalde
Fotografía tomada de internet