Eckhart Tolle:
Sí. La compasión es la conciencia de un vínculo profundo entre usted y todas las criaturas. Pero hay dos aspectos en la compasión, dos lados en ese vínculo. Por una parte, puesto que usted todavía está aquí como un cuerpo físico, comparte la vulnerabilidad y mortalidad de su forma física con todos los demás hombres y con todo ser viviente. La próxima vez que diga "No tengo nada en común con esta persona" recuerde que tiene mucho en común: dentro de unos años -dos o setenta, no hay mucha diferencia- ambos se habrán convertido en cadáveres que se pudren, luego en montones de polvo, luego en nada. Esta es una comprensión que lo ayuda a ser sobrio y humilde y deja poco campo al orgullo. ¿Es este un pensamiento negativo? No, es un hecho. ¿Por qué cerrar los ojos ante él? En ese sentido, hay total igualdad entre usted y todas las demás criaturas.
Una de las prácticas espirituales más poderosas es meditar profundamente en la mortalidad de las formas físicas, incluida la propia. A esto se le llama morir antes de morir. Entre en ello profundamente. Su forma física se está disolviendo, no existe más. Después viene un momento en que todas las formas de la mente o pensamientos también mueren. Sin embargo usted está aún ahí, la presencia divina que es usted. Radiante, completamente despierta. Nada que fuera real murió nunca, sólo los nombres, las formas y las ilusiones.
La comprensión de esta dimensión inmortal, su verdadera naturaleza, es el otro lado de la compasión. En un nivel de percepción profundo, usted reconoce ahora no sólo su propia inmortalidad sino a través de la suya la de todas las demás criaturas también. En el nivel de la forma, usted comparte la mortalidad y la precariedad de la existencia. En el nivel del Ser, usted comparte la vida radiante, eterna. Estos son los dos aspectos de la compasión. En la compasión, los sentimientos aparentemente opuestos de tristeza y alegría se mezclan en uno y se transmutan en una profunda paz interior. Esa es la paz de Dios. Es uno de los sentimientos más nobles de los que el ser humano es capaz, y tiene un gran poder curativo y transformador. Pero la verdadera compasión, como la he descrito, todavía es escasa. Sentir profunda empatía con el sufrimiento de otro ser ciertamente requiere un alto grado de conciencia, pero representa sólo una cara de la compasión. No es completa. La verdadera compasión va más allá de la empatía o simpatía. No ocurre hasta que la tristeza se mezcla con la alegría, la alegría del Ser más allá de las formas, la alegría de la vida eterna.
Del libro:
El Poder del Ahora
Eckhart Tolle
Imagen tomada del internet