viernes, 23 de abril de 2021

8. LA PRUEBA DE LA VERDAD


¿Puede haber alguna prueba de la verdad? En ocasiones, Maharaj hace esta pregunta, como si se la 
plantease a sí mismo. ¿Puede haber una comprensión intelectual de la verdad?

Además de un intelecto agudo, dice Maharaj, el que busca la verdad debe tener fe para poder comprender sus fundamentos. Y esta fe debe ser tal que por ella se acepten las palabras del gurú como si fuesen la verdad de Dios mismo. La fe es el primer paso y no es posible progreso alguno si no se da antes el primer paso.

Existe gente sencilla que, a pesar de no estar dotada de un agudo intelecto, tiene una gran fe. Maharaj da a estas personas un Mantra y les pide que lo canten y que mediten hasta que su mente se purifique lo suficiente para recibir el conocimiento.

Con los intelectuales, empero, Maharaj tiene que comportarse en forma distinta. El intelectual entiende lo que las diversas religiones pregonan, el código ético y moral que prescriben, al igual que los conceptos metafísicos que bosquejan, pero no recibe la iluminación. Lo que él busca en realidad es la verdad, el factor constante que no está sujeto a cambio alguno. Lo que es más, desea una prueba, aunque no es capaz de decir qué tipo de prueba lo satisfaría. Toda prueba, como tal, estaría a su vez sujeta al espacio y tiempo, y el intelectual es bastante inteligente para darse cuenta de ello. La verdad, para serlo, debe ser atemporal e ilimitada. Maharaj dice que cualquier persona inteligente debe admitir que "yo soy", el sentido de la presencia conciente, de "ser", es la única verdad de la que todo ser sensible tiene conocimiento y que, además, es la única "prueba" posible. Y, no obstante, la sola existencia no puede equipararse con la verdad por la simple razón de que la existencia misma no es atemporal e ilimitada, como lo es la Realidad.

Maharaj aclara suficientemente en sus conversaciones este estancamiento. Un ciego, por ejemplo, podría decir: "Pruébame que existen los colores, sólo entonces creeré toda tu hermosa descripción del arco iris".

Siempre que le plantean a Maharaj este tipo de preguntas, responde diciendo: "¡Pruébame que existe algo llamado Bombay, Londres o Nueva York!" Cualquier sitio, dice, tiene la misma tierra, aire, agua, fuego y cielo. Uno no puede, para decirlo de otra manera, buscar la verdad como si fuese un objeto, ni puede describirla tampoco; sólo puede sugerirse o mostrarse, pero no es posible expresarla en palabras, pues la verdad no puede concebirse. Cualquier cosa concebida será por ello un objeto, y la verdad no es un objeto.

Como lo expresa Maharaj: "No se puede comprar la verdad como si fuese algo certificado con un sello que diga "Verdad". Todo intento de hallar la prueba de la verdad supondría una división de la mente en sujeto y objeto y, por lo tanto, la respuesta no podría ser la verdad, pues no hay nada objetivo en la verdad, que en esencia es subjetividad pura".

El proceso completo, dice Maharaj, es como un perro que se muerde la cola. Cuando se busca una solución a este enigma debe analizarse el problema mismo. ¿Quién es el que busca la prueba de la Verdad o de la Realidad? ¿Entendemos con claridad lo que somos? Toda existencia es objetiva. Todos "existimos" únicamente como objetos, como meras apariencias en la conciencia que nos percibe. ¿Hay alguna prueba de que "nosotros" mismos (quienes buscamos una prueba de la Realidad) existimos de otra forma que no sea como objetos de conocimiento en la mente de otra persona?

Al buscar una prueba de la verdad, lo que tratamos de hacer es equivalente a la pretensión de una sombra que busca una prueba de la sustancia. En consecuencia, Maharaj nos exhorta a que veamos lo falso como falso y de este modo no habrá más búsqueda de la verdad. "¿Has entendido lo que quiero decir?", pregunta entonces.

¿Te das cuenta de manera intuitiva de cuál es el punto? ¡Aquello que se busca es el buscador mismo!

¿Puede un ojo verse a sí mismo? Trata de entender, dice: intemporalidad e infinitud, no cognoscibles de manera sensorial, eso es lo que somos; temporalidad, finitud y posibilidad de ser conocidos de modo sensorial es lo que parecemos ser en tanto objetos separados. Reflexiona sobre lo que eras antes de asumir la forma física. ¿Necesitabas entonces alguna prueba de algo? El problema de una prueba tal sólo se plantea en la existencia relativa y toda prueba ofrecida dentro de los parámetros de la existencia relativa no puede ser más que una mentira.



Tomado del libro:
El buscador es lo buscado
Puntos clave de la enseñanza de Nisargadatta Maharaj
Ramesh Balsekar
Imágenes de Internet