viernes, 30 de abril de 2021

NO ES DEMASIADO TARDE


Recuerdo aquella hermosa historia del pescador que salió temprano, por la mañana, 
para pescar, cuando aún estaba oscuro. Su pie tropezó con algo que parecía una bolsa, que probablemente había llegado arrastrada por la marea desde algún barco naufragado.

La recogió, la abrió y se dio cuenta de que contenía pequeñas piedras; las agarró y se entretuvo hasta el amanecer, arrojándolas lejos, en el mar, para ver si podía calcular, por el ruido que producían la distancia, a que había lanzado cada una. Pues bien, cuando comenzó a amanecer, miró dentro de la bolsa y vio allí tres piedras preciosas.

¡Dios!, había estado llena de piedras preciosas y él no se había dado cuenta. ¡Demasiado tarde!, demasiado tarde . . . ¡No era demasiado tarde! ¡Quedaban tres piedras todavía!

No era demasiado tarde, no era demasiado tarde..

Supongamos que a aquellos nativos "sentados" sobre aquellas minas de diamantes, muertos de hambre, con sus chicos desnutridos, dedicados a buscar comida, a mendigar, alguien les dijera:

-¡No vendan esa propiedad, hay en ella minas de diamantes! ¿Ven esto? ¡Es un diamante! Pueden venderlo, pueden obtener 100.000 dólares por esto...

Ellos dirían, seguramente:

- Eso no ser diamante; eso ser piedra.

En su mente eso es una piedra; se niegan a escuchar.

-¡No!, eso es una piedra.

Ésa es la actitud de las personas en todas partes: no quieren oír, no quieren escuchar. Tú les dices:

- La vida es extraordinaria, la vida es maravillosa; tú podrías disfrutarla; no tendrías ni un minuto de tensión, ni uno, ninguna presión, ninguna ansiedad. ¿Lo deseas?

-¡ No es posible! ¡ Nunca se ha logrado!

¡No puede lograrse! - será tu respuesta.

No hay ningún espíritu de búsqueda, de investigación, como ser:

-¡Tratemos de averiguar! Tratemos...

¡No, no, no! Esto no es lo que sucede.

En cambio, dices:

- No puede lograrse.

- No quiero oírte.

- Un sacerdote me ha dicho que no puede lograrse; mi psicólogo me dice que no puede lograrse.. ¡Usted viene a decir que puede lograrse! ¡Fuera!

-¡Mala suerte!

Pues bien, entonces, lo que ahora te planteo es si estás preparado para admitir que tu vida es un enredo. Luego - y esto es un poco más duro - sostengo que tú no quieres salir del enredo. Habla con cualquiera que merezca el nombre de "psicólogo" y lo confirmará: la última cosa que quiere un paciente es la cura; no quiere curarse, busca alivio. Eric Berne, uno de los grandes psiquiatras norteamericanos, lo expresa muy gráficamente. Imagina tú un paciente que está metido hasta sus narices en una letrina y pide ayuda. ¿Sabes lo que dice? :

-¿Podrían ayudarme a que la gente no haga olas?

-¿No quiere salir?

-¡Oh, no! ¡No, no! ¿Salir? ¡Por Dios! ¡No! ¡Sólo ayúdenme a que no hagan olas!

Eso es lo que él quiere. No quiere salir.

¿Quieres hacer una prueba contigo mismo? Te daré un par de minutos; podrás hacerla ahora mismo. Bien, aquí va:

- Supónte que pudieras ser inmensamente feliz, pero renunciando a obtener tu título profesional. ¿Estás preparado para cambiar ese título por felicidad? No conseguirás esa novia (o ese novio, según sea el caso). ¿Estás preparado para cambiarla (o cambiarlo) por felicidad? ¿,Sabes algo?: no alcanzarás el éxito. Fracasarás, y todos dirán: "¡Es un vagabundo!" Pero serás feliz , serás inmensamente feliz. ¿Estás preparado para cambiar la "buena opinión" de la gente con ese fin?

-¡Oh, no!

- Te daré tiempo para pensar en eso más adelante.



Extracto del libro:
Redescubrir la vida
Anthony de Mello
Fotografías tomadas de Internet