lunes, 20 de septiembre de 2021

EL INSTRUCTOR DEL GRAN SACERDOTE


Érase una vez cierto gran sacerdote de una 
secta zen cuyo benefactor no era otro que el gobernador de una provincia. Cuando fue a la capital a visitar al gobernador a su residencia oficial, el gran sacerdote viajó, en consecuencia, con toda comodidad con una amplia comitiva y mucha fanfarria.

Sucedió durante dicho viaje que los jinetes quisieron comprar nuevo calzado en un lugar en el que la comitiva se había detenido a descansar.

Por recomendación de los porteadores, se llamó a un anciano del que dijeron que hacía muy buenas sandalias de paja.

Entonces, cuando dicho anciano llegó con algunas sandalias nuevas para los jinetes, el gran sacerdote le vio a través de la ventana de su palanquín y casi se desmayó.

El anciano artesano de sandalias no era otro que Tósui, el iluminado Maestro zen que había sido anteriormente su propio instructor* durante muchos años, antes de que desapareciera misteriosamente del templo.

Saliendo precipitadamente de su palanquín aturdido y confundido, el gran sacerdote se postró ante el anciano y le presentó sus respetos con la máxima de cortesía.

Tósui fue amable con él y le habló de los viejos tiempos; pero cuando partieron, el Maestro le dijo al sacerdote: «No te dejes intoxicar por la asociación con nobles.»

* A lo largo del texto, Maestro con mayúscula traducirá la palabra inglesa Master —en el sentido de líder religioso o persona iluminada con discípulos—, e instructor, la palabra teacher —en el sentido de guía—. En muchas ocasiones, el autor las utiliza indistintamente, atribuidas al mismo personaje, probablemente para evitar repeticiones y aligerar el texto. (N. del T.)



Extracto del libro:
Antología Zen
Cien historias de iluminación
Versión de Thomas Cleary
Fotografías tomadas de Internet