viernes, 26 de noviembre de 2021

LO OPUESTO AL MIEDO


Cuando en el año 1966, en plena guerra de Vietnam, conocí al doctor Martin Luther King Jr., una de las cosas de las que hablamos fue de la importancia de construir una comunidad o, como la llamamos en el budismo, una sangha. El doctor King sabía que la creación de una comunidad es un asunto vital y era muy consciente de que, en su ausencia, son muy pocas las cosas que pueden lograrse. Una sensación sólida de hermandad nos infunde la fuerza suficiente, cuando sentimos miedo o desesperación y nos ayuda a consolidar el poder del amor y la compasión. La fraternidad puede sanar y transformar nuestras vidas. El doctor King dedicó buena parte de su vida a construir una comunidad a la que llamó “la comunidad amada”.

Nuestra sangha, nuestra comunidad amada, está compuesta por un grupo de personas que se reúnen a practicar plena consciencia concentración y visión profunda y se sienten abrazadas y apoyadas por la energía colectiva generada por la práctica. Con frecuencia, nuestros sentimientos de soledad y aislamiento nutren al miedo y le ayudan a crecer. Pero en la sangha hay personas cuya práctica es lo suficientemente poderosa como para sentarse y compartir la energía de su plena consciencia. A ellas podemos recurrir en busca de ayuda:

«Queridas hermanas, queridos hermanos, necesito vuestra presencia.

Sufro mucho y yo solo no puedo abarcar ese sufrimiento. ¡Ayudadme, por favor!». 

Cuando respiramos juntos, la energía combinada de nuestra plena consciencia nos hace capaces de reconocer, abrazar y transformar ese dolor. Sabemos que no somos gotas aisladas, sino que formamos parte del río de la sangha y que nuestra unión puede alimentar un océano.

Cuando hay curación y paz, sabemos que existe una sangha real.

Con el apoyo de la sangha, no solo la práctica, sino la vida en general, resulta mucho más sencilla. La sangha puede ser tu familia, un grupo de amigos o cualquier comunidad de apoyo. Crear una sangha significa construir nuestra seguridad, apoyo y felicidad.



Extracto del libro:
Miedo
Thich Nhat Hanh
Fotografía tomada de internet