lunes, 28 de febrero de 2022

34. ¿FRACASO EXISTENCIAL O IMAGINAL?


Cuando somos jóvenes deseamos ser mayores para realizar nuestros deseos 
juveniles. Es contradictorio porque ¿cómo lo desearás en ese momento futuro? Habrá cambiado. Si damos tiempo a nuestra mente, aprende nuevas cosas y no desea el pasado de la misma manera: así que provocamos el fracaso de los sueños porque ignoramos todo creyendo estar preparados para ello. Sabemos como va a ser todo en su mejor versión imaginada, una película aprendida sobre el amor, el sexo, la familia, la paternidad o la maternidad. Andando el tiempo comprobamos que nada coincide, todo se desgasta y entra en lo que llamamos la impermanencia (MUJO). No coincide y el fracaso no sabemos aceptarlo porque no sabemos que la existencia de espaldas a la propia naturaleza es un programa de frustraciones de todos con todos, sin culpables.

Nadie puede coincidir como desea, con el otro en sus deseos porque el trabajo, la amistad, el amor, la religión, la política, la cultura… están contaminadas de intereses personales, de proyectos de ganancia individuales, es decir, de egoísmo. En la falsa realidad perfecta de la imaginación, está ese mismo egoísmo de “yo y lo que yo quiero”.

No estamos preparados para caminar con los cambios, con la impermanencia del “todo llega y todo pasa”. Nunca creímos que nos ocurriría a nosotros.

Unos se evaden compensándose, otros se autodestruyen o deprimen… otros intentan comprender practicando en otra dirección.



Bibliografía:
La luciérnaga ciega: Soko Daido Ubalde
Fotografía tomada de internet