Cuando dos monjes le pidieron que diera un sermón. Hyakujo Nehan les dijo que trabajaran en la granja, pues después de eso el daría una charla sobre un gran tema del budismo.
Los monjes hicieron lo que les había pedido y luego acudieron al maestro para el sermón. Sin decir una palabra, el maestro se limito a extender sus brazos abiertos hacia los monjes.
Tal vez, a fin de cuentas, no haya nada misterioso en el zen.
Todo está a la vista. Si comes tu comida, te vistes pulcramente y trabajas en la granja para cultivar tu arroz o tus verduras, estás haciendo todo lo que se requiere de ti en esta tierra, y el infinito se realiza en ti.
Extracto del libro:
Recopilaciones "Cuentos y Fábulas del Buda"
Sri Deva Fénix
Fotografía de internet