Karma es el origen de la existencia física y el astuto invento de la naturaleza para mantener esta existencia. La ley del karma hace que se nos pague 'ojo por ojo y diente por diente' en forma de alegría o sufrimiento. Es el látigo aguijoneante en las manos ocultas de la naturaleza.
La mente contrae karma, coloca una cubierta sobre el alma y gobierna al cuerpo a través de los órganos y los sentidos.
Aunque es el alma la que imparte fuerza a la mente, esta última, por el contrario, ha logrado soberanía y está gobernando al alma.
El control sobre la mente es entonces el primer paso hacia la espiritualidad.
Victoria sobre la mente es victoria sobre el mundo.
Aun los yoguis y místicos realizados que pueden trascender a altas regiones espirituales, no dejan de ser tocados por la mano del karma.
Los Santos clasifican los karmas en tres grupos diferentes, como sigue:
1. Sanchit (almacenados):
Acciones buenas o malas que están registradas en nuestra cuenta como ganadas y contraídas en todos los cuerpos anteriores del orden de la Creación, contando desde el día de la primera aparición de vida en la tierra. Pero, ¡ay!, el ser humano no sabe nada de ellos y de su magnitud.
2. Prarabdha (destino):
Karmas que forman el resultado y efecto de acciones del pasado, que han dado al ser humano el cuerpo actual y que tienen que ser pagados en esta misma vida.
Las reacciones de estos karmas vienen a nosotros inesperada e imperceptiblemente y por tanto, no tenemos control alguno sobre ellos. Ya sea bueno o malo, tenemos que tolerar y soportar este karma, riendo o llorando, como mejor nos convenga.
3. Kriyaman (cuenta de nuestras acciones en el cuerpo actual):
Este es diferente de los dos grupos arriba mencionados, ya que aquí el ser humano es libre de hacer exactamente lo que le plazca, dentro de ciertos límites. Sabiéndolo o no sabiéndolo, las acciones ejecutadas y que quedan bajo esta clasificación, dan su fruto. El resultado de algunos de estos karmas los cosechamos antes de morir y el resto es transferido a la bodega Sanchit.
El karma es la causa del renacimiento y cada nacimiento, a su vez, es seguido de la muerte. Así, continúa el ciclo de goces y de sufrimientos, los cuales son los compañeros del nacimiento y de la muerte.
“Así como piensas, en eso te conviertes”
Es una ley inalterable de la naturaleza por la cual este universo existe. Ninguna cantidad de integridad o de genio puede absolver al ser humano mientras haya el más ínfimo trazo de karma.
La ignorancia de la ley no es excusa; y aunque bajo circunstancias especiales puede haber alguna concesión o relajamiento en las leyes hechas por el hombre, no existe esa concesión en las leyes de la Naturaleza. La oración, confesión y sacrificio pueden dar alivio temporal a la mente, pero no pueden aniquilar el karma. Todo el karma debe ser eliminado totalmente antes de poder obtener la salvación permanente.
El ser humano es el hacedor de su propio destino.
Aunque no podemos alterar el pasado, sin embargo, podemos forjar el futuro lo mejor que podamos. ―Hasta aquí y no más, es el límite que el Maestro traza para cada uno de nosotros y por ninguna razón debe ser transgredido.
Extracto del libro:
Recopilaciones "Cuentos y Fábulas del Buda"
Sri Deva Fénix
Fotografía de internet