Lo que no solemos tener en cuenta es que este tan deseado cambio implica un soltar, un dejar de ser aquello que ya no nos sirve, que nos queda pequeño y que caducó por el paso del tiempo. Así que todo inicio implica un cambio, y todo cambio comienza por un final, al que tanto solemos temer. Sin embargo, la vida está repleta de inicios y de finales, de nuevas rutas que explorar, de caminos que constantemente se bifurcan y nos dan nuevas posibilidades, y negarlo sería como negar la transformación que todas las especies (incluida la nuestra) han tenido que realizar para llegar a ser quienes son en el momento actual.
Cuando alguien se plantea un cambio en su vida es porque empieza a comprender que la vida no es permanente, que no puede agarrarse más a aquello que le daba seguridad y que, pese al riesgo, es de vital importancia entrar en un proceso de transformación.
Gisela López Sanfeliu
Extracto del libro:
365 semillas de conciencia para una vida plena
Fotografías tomadas de Internet