Un gran número de visitantes casuales acuden a Maharaj sólo en busca de un darshan, quizá porque alguien de su grupo les habló muy bien de él y, no teniendo nada mejor que hacer, pensaron que sería buena idea venir y ver de qué se trataba.
Con todo, hay muchos que están sumamente interesados en el único tema del que habla Maharaj y, aun cuando pocos de ellos han acudido a varias sesiones, creen con sinceridad que tienen una firme comprensión acerca de lo que dice Maharaj de modo tan profundo. Tal vez en respuesta a una pregunta de Maharaj, si es que han entendido lo que él ha estado tratando de transmitir, alguno de ellos puede decir: "Oh sí, Maharaj, lo entendí claramente, pero tengo sólo una última pregunta...".
Esta última pregunta a menudo tiene que ver con la manifestación del noúmeno por medio de los fenómenos. El consultante podría decir: "Maharaj, tú has dicho que el noúmeno Absoluto no es conciente de su conciencia en sí hasta que la conciencia comienza a moverse y surge el primer pensamiento, "yo soy"; y que entonces se disuelve la totalidad en la dualidad y tiene lugar la manifestación del universo. Mi pregunta es: ¿por qué surge ese primer pensamiento y por qué tiene lugar la manifestación?"
Maharaj suele mirar al consultante con una expresión que refleja diversas reacciones. Una mezcla de compasión, aprecio por la sinceridad de su interlocutor, y un cierto aire divertido ante la confianza con la que él cree haber entendido al punto, pero -y más importante- sobre todo decepción por el hecho de que el consultante no haya comprendido nada después de todo. ¡Un fracaso más!
Maharaj suele decir entonces, muy suavemente: "Siento que no hayas comprendido lo que has oído. Has estado oyendo, pero no has escuchado. Has estado oyendo lo que he dicho, como si fuese un conjunto de elementos y fragmentos, y no has prestado atención a la totalidad; has oído las palabras con la mente dividida del individuo, en lugar de atender al sentido con la mente total; has oído como un oyente separado y no has atendido integrándote al gurú. Y no me refiero al gurú físico e individual en el que podrías estar pensando, sino al sadgurú que se encuentra en tu interior. De otro modo no habría surgido esta duda. No obstante, en cierto sentido tal pregunta me da gusto, pues expone la forma de pensar; o, más bien, muestra el pensamiento mismo.
"Piensa, ¿a quién se le plantea esta cuestión? ¿Dónde tiene lugar? ¿Acaso no se presenta tal pregunta a un "tú" que se concibe como una entidad con existencia independiente? ¿No aparece en la conciencia? En ausencia de la conciencia, no habría tal entidad -esta seudoentidad-, y la "conciencia" no es otra cosa que un concepto sin ninguna cualidad objetiva, y como tal sin ninguna existencia fenoménica.
"A lo que hemos llegado, entonces, es esto: en ausencia del sustrato de la conciencia no hay manifestación alguna y, en consecuencia, ninguna seudoentidad independiente que pueda preguntar. La conciencia es sólo un concepto. Por eso llamo a la manifestación entera "el hijo de una mujer estéril". En estas circunstancias, ¿puede esto-que-es, esto-que-so-mos, ser comprendido por la mente contaminada de una seudoentidad conceptual? De hecho, únicamente cuando desaparece esta entidad se disuelve el misterio, por la sencilla razón de que \el buscador es lo que se está buscando*.
"Tu pregunta, por otra parte, supone que la manifestación y la no manifestación son básicamente dos "cosas" diferentes, pero no es así. Son en esencia un mismo estado, al igual que las ondas sobre el agua.
Cuando se encuentra matizado por un sentido de ser, es la conciencia en la que aparece la manifestación con sus limitaciones; y cuando nada altera o limita este estado, es el Absoluto, inconciente de su conciencia en sí.
"Los fenómenos sólo son el reflejo del noúmeno; son distintos. El noúmeno (de nueva cuenta es necesario un concepto para posibilitar la comunicación) es como la única fuente de electricidad que pasa a través de diversos "objetos exhibidos", lámparas, ventiladores, motores, etcétera, o como la única fuente de luz reflejada en innumerables espejos; así se manfiesta la conciencia en millones de formas sensibles.
"¿Ves ahora tu pregunta en la perspectiva correcta? ¿Una sombra desea saber "por qué"? ¿Uno de los personajes caracterizados por un solo actor que representa muchos papeles desea saber "por qué"? La respuesta bien podría ser: ¿Por qué no? Pero en realidad no podría haber ninguna pregunta -ni por qué ni por qué no-, pues en verdad no hay alguien que pregunte, sólo un concepto. La manifestación es como un sueño. ¿Por qué ocurre un sueño?"
Tomado del libro:
El buscador es lo buscado
Puntos clave de la enseñanza de Nisargadatta Maharaj
Ramesh Balsekar
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