jueves, 9 de agosto de 2012

DECIMOS QUE LAS COSAS SON MALAS PERO EN REALIDAD NO SABEMOS



Leí en alguna parte sobre una familia que tenía un único hijo. Eran muy pobres y su hijo era la cosa más preciosa para ellos; lo único importante era que algún día les podría aportar prestigio y ayuda financiera. Un día el hijo se cayó de un caballo y quedó cojo. Aquello parecía el final de sus vidas. Dos semanas después llegó el ejército al pueblo y reclutó a todos los jóvenes sanos y fuertes para enviarlos a la guerra, mientras que a él se le permitió quedarse y cuidar de su familia.

La vida es así. No sabemos nada. Decimos que las cosas son buenas o malas, pero en realidad no lo sabemos.


Pema Chödron
Cuando todo se derrumba