Juégalo, pero a sabiendas... Juega tus juegos, sean cuales fueran; no los reprimas. Si surge la idea, juégala tan perfectamente como te sea posible, pero plenamente alertas. Disfrútalo, y otros también lo disfrutarán.
Aunque una persona juegue un papel, hay un motivo para ello. Ese papel tiene alguna importancia para la persona. Si el juego se juega a la perfección, algo del inconsciente desaparecerá, se evaporará, y quedarás libres de una carga.
Por ejemplo, si quieres jugar como un niño, eso significa que en tu infancia algo ha permanecido incompleto. No pudiste ser un niño como quisiste ser, alguien te detuvo. La gente te hizo más serio, te obligó a ir más allá de tu edad, te hizo aparecer más adulto y maduro de lo que eras. Algo ha permanecido ahí incompleto. Esa imperfección exige ser completada y te seguirá hostigando. Así que acabala. No hay nada malo en ello. Aquella vez, en el pasado, no pudiste ser niño; ahora sí.
Una vez que puedas sumergirte totalmente en ello, verás que ha desaparecido y que no volverá nunca más.
OSHO
Día a Día (día 26)