Toda relación es imaginación, porque siempre que sales de tu propio ser, sales solo a través de la puerta de la imaginación. No hay otra puerta.
El amigo, el enemigo, ambos están en tu imaginación. Cuando dejas por completo de imaginar, estas solo, absolutamente solo. Una vez que entiendes que la vida y todas sus relaciones son imaginación, no vas contra la vida, pero tu comprensión te ayuda a hacer que tus relaciones en la vida sean más ricas. Ahora que sabes que las relaciones son imaginación, ¿por qué no poner más imaginación en ellas? ¿Por qué no disfrutarlas lo más profundamente que te sea posible? Cuando la flor no es más que tu imaginación, ¿por qué no crear una flor hermosa? ¿Por qué conformarse con una flor corriente? Deja que sea una flor de esmeraldas v diamantes.
Sea lo que fuere lo que imagines, deja que sea. La imaginación no es un pecado, es una capacidad. Es un puente. Así como cruzas un río con un puente que tiendes entre esta orilla y aquella, así funciona la imaginación entre dos personas. Dos seres proyectan un puente -llámalo amor, confianza-, pero es imaginación. La imaginación es la única facultad creativa en el hombre, de modo que aquello que sea creativo va a ser imaginación. Disfrútalo y haz que sea más y más hermoso. Poco a poco llegaras a un punto en el que no dependerás de las relaciones. Compartirás. Si tienes algo, lo compartes con las personas, pero te sientes satisfecho con quien eres. Todo amor es imaginación, pero recuerda, cuando empleo la palabra imaginación, no la utilizo en el sentido condenatorio con que se la usa por regla general. La imaginación es la facultad divina del hombre.
OSHO
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