Ahora que se terminan las fiestas y empieza un nuevo ciclo, dale un respiro a tu hígado y aprende a cuidarlo todo el año.
Sólo café recién preparado. Las propiedades antioxidantes del café son benéficas para las células del hígado. Pero ojo, el café tiene que estar recién preparado porque después de 20 minutos (o al recalentarlo), el café pierde sus propiedades y en lugar de ayudar al hígado, lo intoxica.
Acupresión. En casi todas las culturas, la medicina tradicional reconoce que el hígado es uno de los puntos más sensibles al enojo. Según la medicina china, una experiencia de ira detona una capa envolvente de calor en el hígado que desequilibra sus funciones. La acupresión puede liberar ese exceso de calor. Para hacerlo, presiona la zona entre el dedo gordo y segundo dedo del pie mientras respiras lenta y profundamente.
Apnea. Existe una conexión entre los ronquidos, el hígado, la fatiga y los dolores de cabeza inexplicables. Quienes roncan o sufren de apnea tienen mayor desgaste hepático debido a la repetida falta de oxígeno. Es necesario hacer ajustes mecánicos (colchón, almohada, nivel de luz y ruido) y químicos (reducir el consumo de lácteos, azúcares y proteína animal que causan exceso de mucosidad y obstruyen las vías respiratorias); sin oxígeno, el hígado no puede desintoxicar la sangre correctamente.
Dieta detox. Después de una temporada de estrés o de excesos, es preciso desintoxicarnos y estimular el hígado con alimentación adecuada. Durante el día toma té verde como agua de uso; por la mañana, rompe el ayuno con una toronja, o bien intégrala a ensaladas con hojas como rúcula, diente de león, espinaca, achicoria o mostaza. Éstas tienen algo en común con la toronja y el té verde: además de un ligero sabor amargo, evitan la acumulación de grasa en el hígado y estimulan la producción enzimática.
Camina o muévete en bici. Una caminata vigorosa que supere los 30 minutos cada tercer día es todo lo que tu hígado necesita para mantenerse en forma; mejorar la aptitud física fortalece la resistencia a la insulina y equilibra los niveles de colesterol. Si tienes poco tiempo, ve al trabajo en bicicleta o deja el auto a varias cuadras de tu oficina, así integrarás el ejercicio a tu ritmo cotidiano.
Carbohidratos selectos. No hace falta eliminar los carbohidratos de la dieta, solo hay que ser muy selectivo. La ecuación es muy sencilla: elige carbohidratos que incluyan su propia fibra, esos son los que tu hígado puede metabolizar enseguida para evitar que conviertan en grasa. Opta por granos y harinas integrales, frutas enteras, jugos sin colar, semillas y legumbres, etc. Evita harinas refinadas y azúcares, incluyendo los sucedáneos, ya que intoxican al hígado.
Crucíferas. Una investigación de la Universidad Nacional de Jeju, en Korea del Sur, encontró que las células hepáticas expuestas al alcohol producen 70% menos radicales libres cuando se han consumido crucíferas (brócoli, coliflor, espárragos, repollo, col de bruselas, etc), ya que estos alimentos detonan la producción de enzimas que desintoxican al cuerpo (deshidrogenasas).
Consume zinc. Este mineral es necesario para que las células lleven a cabo sus funciones catalíticas, estructurales y de regulación. Es básico para el hígado porque facilita el metabolismo de las sustancias que requiere el sistema inmunológico. Puedes obtenerlo mediante suplementos y cápsulas, o bien, a través de la ingesta de mariscos, ostras, legumbres y germen de cereales.
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http://mx.mujer.yahoo.com/fotos/maneras-de-cuidar-tu-higado-slideshow/