Levántate antes de la salida del sol, a las cinco de la madrugada; y durante media hora, sólo canta, emite zumbidos, quejidos y gemidos. Estos sonidos no necesitan tener significado. Son existenciales, no significativos. ¡Disfrútalos! Eso es todo, ese es el significado. ¡Mécete! ¡Balancéate!
Deja que esto sea una alabanza al sol naciente, y detente sólo cuando el sol haya salido.
Esto va a mantener en ti cierto ritmo durante todo el día.
Estarás en sintonía desde muy de mañana, y verás que el día tiene una calidad diferente: estarás más amoroso…más cariñoso…más compasivo…más amistoso…menos violento…menos irritado…menos ambicioso…menos egoísta.
La meditación es sensibilidad total.
La meditación es tu derecho de nacimiento.
Está allí, esperando que te relajes un poco
para poder cantar, transformarse
en una danza.
La meditación es deleitarte en
tu propia presencia.
La meditación es deleitarte
con tu propio ser.