martes, 22 de enero de 2013

¡NO SE QUE HARÍA SIN TI!

“Mi existencia no tiene sentido sin ella”, “Vivo por y para él”, “Ella lo es todo para mí”, “El es lo más importante de mi vida”, “No se qué haría sin ella”, “Si él me faltara, me mataría”, “Te idolatro”, “Te necesito”, en fin, la lista de este tipo de expresiones y “declaraciones de amor” es interminable y bastante conocida. En más de una ocasión las hemos recitado, cantado bajo una ventana, escrito o, simplemente, han brotado sin puedo alguno de un corazón palpitante y deseoso de comunicar afecto. Pensamos que estas afirmaciones son muestras del más puro e incondicional de los sentimientos. De manera contradictoria, la tradición ha pretendido inculcarnos un paradigma distorsionado y pesimista: el auténtico amor, irremediablemente, debe estar infectado de adicción. Un absoluto disparate. No importa cómo se quiera plantear, la obediencia debida, la adherencia y la subordinación que caracterizan al estilo dependiente, no son lo más recomendable.

Del libro:
AMAR O DEPENDER
Walter Riso