Erase una viña que cayó en la cuenta de que todos los años acudía gente que la despojaba de sus uvas.
Observó que ninguna de esas personas mostraba gratitud alguna.
Cierto día un hombre sabio se sentó a su lado.
-Ésta es mi oportunidad -pensó la viña- de descifrar el misterio.
Habló así:
-Hombre sabio, como ya habrás notado, soy una viña. En cuanto mi fruto está maduro, viene gente y me despoja de las uvas. Jamás demuestran el menor agradecimiento. ¿Podrías explicarme esa conducta?
El hombre sabio pensó un instante y expreso:
-Con toda probabilidad, la razón es que todas esas personas están bajo la impresión de que tú no puedes evitar el producir uvas.
Del libro:
El Monasterio Mágico
Shah Idries