Otro contraste más: Recuerda lo que sentías cuando tenías poder, cuando tú eras el jefe y la gente te respetaba y acataba tus órdenes, o cuando eras una persona popular y admirada.
Y compara ese sentimiento mundano con el sentimiento de intimidad y compañerismo que has experimentado cuando has disfrutado a tope la compañía de un amigo o de un grupo de amigos con los que te has reído y divertido de veras.
UNA LLAMADA AL AMOR
Anthony de Mello