Veamos otro contraste: recuerda la clase de sentimiento que experimentas cuando obtienes algún éxito cuando consigues lo que anhelabas, cuando "llegas arriba", cuando vences en una partida, en una apuesta, en una discusión. Y compáralo con el sentimiento que te invade cuando disfrutas realmente con tu trabajo, cuando de veras te absorbe por entero la tarea que desempeñas.
Y observa, una vez más, la diferencia cualitativa que existe entre el sentimiento mundano y el sentimiento anímico.
Y observa, una vez más, la diferencia cualitativa que existe entre el sentimiento mundano y el sentimiento anímico.
Del libro:
UNA LLAMADA AL AMOR
Anthony de Mello