Las personas han olvidado por completo el lenguaje de hacer las cosas juntas... o no hacer nada, solo estar Juntas.
La gente ha olvidado simplemente ser. Si no tiene nada que hacer, hace el amor. Entonces no sucede nada, y poco a poco se siente frustrada por el propio amor. El hombre y la mujer son diferentes... no solo diferentes, son opuestos, no encajan juntos. Y ahí radica la belleza... cuando encajan juntos es un milagro, un momento mágico. De lo contrario, entran en conflicto, pelean. Eso es natural y se puede entender, porque tienen mentes diferentes. Sus perspectivas son polos opuestos. No pueden estar de acuerdo en nada, porque sus maneras son distintas, su lógica diferente.
Encajar en una sintonía profunda, caer en una profunda armonía, es casi milagroso. Es casi un Kohinoor (diamante), y no se debería pedir uno cada día, como parte de una rutina. Habría que esperar su momento. Pasan meses, a veces años, y entonces, de pronto, está ahí. Y siempre surge de la nada, sin ser provocado. ¿Me seguís? No os preocupéis... cuidará de sí misma. Y no os convirtáis en buscadores de amor, porque entonces lo pasaréis por alto completamente.
Del libro:
DÍA A DÍA
OSHO
Día 76