jueves, 21 de febrero de 2013

LLEGANDO A NUESTROS LÍMITES

Básicamente, la decepción, la vergüenza y todos los demás espacios emocionales donde no podemos sentirnos bien son una especie de muerte. 

Hemos perdido completamente nuestra base, el lugar al que aferramos; somos incapaces de mantenerlo en su sitio y de sentirnos por encima de las cosas. En lugar de darnos cuenta de que la muerte es necesaria para que exista el nacimiento, nos limitamos a luchar contra el miedo a la muerte.

Llegar a los propios límites no es ningún castigo. En 
realidad, sentir miedo y temblores cuando estamos cerca 
de la muerte es una señal de salud. Otra señal de salud es 
no quedarnos deshechos por el miedo y el temblor, sino 
tomarlos como un mensaje de que ya es hora de cesar la 
lucha y de mirar directamente a lo que nos está 
amenazando. Ciertas emociones, como la decepción y la 
ansiedad, nos avisan de que estamos a punto de entrar en 
territorio desconocido.

Del libro:
CUANDO TODO SE DERRUMBA
Pema Chödron