El secreto de la meditación es no estar ni a favor ni en contra, sino indiferentes, distantes, sin cosas preferidas ni odiadas, estar sin ninguna elección.
La meditación es un método sencillo. Tu mente es como la pantalla de un televisor. Los recuerdos pasan, las imágenes pasan, los pensamientos, deseos, mil y una cosas pasan; siempre es hora punta. Y el camino es casi como una carretera en la india: no hay reglas de tráfico, todo el mundo va en todas las direcciones. Hay que observarlo sin hacer ninguna evaluación, sin ningún juicio, sin ninguna elección, solo observar indiferentes como si no tuviera nada que ver contigo, únicamente eres testigo. Esa es la percepción sin elección. Si eliges decir: «Este pensamiento es bueno... me permito tenerlo», o «Es un sueño bonito, debería disfrutarlo un poco más»... si eliges, pierdes tu capacidad de ser testigo. Si dices: «Esto es malo, inmoral, un pecado, debería expulsarlo», y empiezas a luchar, vuelves a perder tu capacidad de ser testigo.
Puedes perder la capacidad de ser testigo de dos maneras: estando a favor o en contra. El secreto de la meditación es no estar ni a favor ni en contra, sino indiferentes, distantes, sin cosas preferidas ni odiadas, estar sin ninguna elección. Si puedes conseguir esto incluso unos pocos momentos, te sorprenderá lo extático que te volverás.
Del libro:
DÍA A DÍA
OSHO
Día 91