martes, 5 de febrero de 2013

TRABAJA CON EQUILIBRIO

El mejor arreglo es trabajar en el mundo pero sin perderse en el. Trabaja durante cinco o seis horas y, luego olvídate de todo. Da al menos dos horas a tu desarrollo interior; unas pocas horas a tu relación, al amor, a los niños, a los amigos, a la sociedad.

Tu profesión solo debería ser una parte de la vida. No debería solaparse en todas las dimensiones de tu vida, como sucede por regla general. Un médico se convierte en un médico durante casi las veinticuatro horas. Piensa en ello, habla de ello. Incluso cuando come es un médico. Mientras hace el amor con su mujer, es médico. Entonces es una locura; es enfermizo. 

Para evitar esto, la gente escapa. Entonces se convierte en buscadora las veinticuatro horas del día. Una vez más, comete el mismo error de ser algo las veinticuatro horas al día. 

Todo mi esfuerzo radica en ayudarte a estar en el mundo y, sin embargo, a ser buscadores. Desde luego es más difícil, porque habrá más desafío y situaciones. Es más fácil ser un médico o un buscador. Será complicado ser ambas cosas, porque eso te proporcionará muchas situaciones contradictorias. Pero una persona crece cuando tiene ante sí situaciones contradictorias. En la agitación, en ese choque de contradicciones, nace la integridad. 

Mi sugerencia es que trabajes de seis a ocho horas y que las dieciséis horas restantes no seas médico. Emplea dichas horas para otras cosas: para dormir, para la música, la poesía, la meditación, el amor o para holgazanear. 

También eso es necesario. Si una persona se vuelve demasiado sabia v no puede holgazanear, se torna pesada, sombría, seria. Se pierde la vida.

No saltes a la cama, porque es allí donde muere la gente. Evitala. Pero ¿cómo puedes evitar la cama? De modo que no tiene sentido estar preocupados. De todos maneras la muerte va a acontecer; no importa cómo suceda. Y si hay que elegir entre la cama y el pozo, creo que este último es mucho mejor; tiene algo estético.

Del libro:
DÍA A DÍA
OSHO
Día 88