2. Bucear en lo intelectual. Lo cortés no quita lo valiente. Jugar en el área intelectual es investigar. Husmear en los logros de la mente puede resultar apasionante. Cada día hay más divulgación científica. Temas que antes eran sólo para eruditos en la materia, hoy están disponibles para cualquier lector inquieto. Curiosear en la naturaleza es verdaderamente apasionante. No hace falta tener un laboratorio ni usar bata blanca, sino aventurarse a buscar información. Acostúmbrate a entrar de vez en cuando en una librería y revisa los anaqueles, algo encontrarás que llame tu atención. Cuando aprendas a espiar en la ciencia, no necesitarás comprar “éxtasis” o marihuana. El cosmos y las profundidades marinas serán más que suficientes. Si eres de esas personas que se sienten embestidas por los libros y se duermen en las conferencias, necesitas despabilarte. No olvides que el cerebro funciona como un músculo: si no se trabaja, se atrofia. ¿Qué podrías perder intentándolo? Un buen explorador de la vida no suprime rubros: todo es apetecible.
Del libro:
AMAR O DEPENDER
Walter Riso