jueves, 18 de abril de 2013

PAZ


Siempre que lo recuerdes, relájate profundamente y siéntete en paz tantas veces al día como te sea posible. Cuanto más lo hagas, mejor. Pasados unos pocos días, sentirás, sin hacer nada por tu parte, que la paz ha quedado establecida. Te sigue como una sombra.

Hay muchos niveles de paz. Hay uno que puedes producir solo con sentirlo, solo con proporcionar una profunda sugestión de que estas en paz; esa es la primera capa. La segunda capa es aquella de la que cobras conciencia de repente. No la creas tu. Pero la segunda acontece solo si está ahí la primera; de lo contrario, nunca sucede. 

La segunda es la verdadera, pero la primera ayuda a crear el camino para que llegue. La paz llega... pero antes, como un requisito previo, debes crear una paz mental a tu alrededor. La primera paz será mental. Será más como una autohipnosis; la creas tu. Entonces, de repente, un día verás que la segunda paz ha emergido. No tiene nada que ver con un acto tuyo o contigo. De hecho, es más profunda que tu. Surge de la misma fuente de tu ser, del ser no identificado ni dividido, del ser desconocido. 

Nos conocemos solo superficialmente. Un lugar pequeño es identificado como tuyo. Una pequeña ola es nombrada, etiquetada, como tu. Y dentro de esa ola, en lo más hondo, está el gran océano. 

Así que sin importar lo que hagas, recuerda siempre crear una paz alrededor. Y este no es el objetivo; es simplemente el medio. Una vez que hayas creado la paz, algo del más allá lo llenará. No será nada surgido de tu esfuerzo. Una vez que llegue, puedes desprenderte del método autohipnótico; ya no te hace falta.

Del libro
DÍA DÍA
Osho
Día 123