lunes, 15 de abril de 2013

SACÚDELA


Algunos individuos sienten celos de que su pareja disfrute sin estar ellos presentes. Ridículo. Por ejemplo, para los típicos hombres machistas es inconcebible que su esposa o novia tengan otras fuentes de gozo distintas a ellos. Les permiten algunas actividades secundarias, pero siempre y cuando no infrinjan la franquicia. Es más, cuando ven que la mujer ha encontrado una veta vocacional que pueda convertirse en pasión, se asustan: “Debo ser el centro de su vida”, o, lo que es lo mismo: “Necesito disminuir su sensibilidad para que no se aleje de mi lado”. Amputar la creatividad de la persona que se “ama” es la estrategia preferida de los inseguros.

Si su pareja es poco creativa, trata de involucrarla en tus actividades; no en todas, pero sí en algunas. Si es tiesa, conservadora, insegura, frenada o quedada, sacúdela. Escandalízala en el buen sentido. Ponla a saltar al compás de una vida más inquietante; despéinala en público, hazle cosquillas en misa, impresiónala con un strip tease mal hecho o invítala a su propia fiesta sorpresa. Ríete y llénala de amor, al menos sabrás que no es de plástico. Pero si pese a todo sigue inmóvil e inmutable, no te detengas. Sigue explorando, descubriendo y “chismografiando” por tu cuenta. Es posible que si te ve independiente y feliz, se le mueva el piso y recapacite. Hay terremotos productivos. Y si no es así, pregúntate si realmente estás con la persona adecuada.

Del libro:
AMAR O DEPENDER
Walter Riso