Continuando con el principio de la exploración como herramienta para desprenderse de los apegos, Walter Riso propone una serie de actividades que refuercen este principio...
3. Incursionar en el arte. ¿Hace cuánto que no te sientas en un parque a leer poesías? La poesía no es para señores de barba y sandalias, o para declamadores de rimas prosaicas y deprimentes. La literatura es para cualquiera que sea sensible a la palabra. No escuches a los expertos en arte, son artistas frustrados. No tienes que ser un especialista, saber fechas, lingüística avanzada o estar en cinco talleres de escritores. Simplemente debes leer, sentir y disfrutar. Para dejar que las letras entren en tu alma, tienes que mandar la mitad del cerebro a otra parte y creer ciegamente. Debussy decía: “El arte es la más bella de las mentiras”.
¿Hace cuánto que no vas a una obra de teatro, un concierto o un cine para sombríos intelectuales? Acercarse al arte es el mejor de los comienzos para crear una actitud anti-apego. Muchos de mis pacientes han encontrado una vena artística que jamás pensaron tener. ¿Nunca has pensado en tocar un instrumento? ¿Vas a esperar hasta la vejez para decidirte? ¿Querías ser bailarina? ¡Empieza! Entra a tus clases con la tranquilidad del que ya no quiere ser el mejor (nunca serás la estrella del Lago de los Cisnes) y verás que lo disfrutas.
Si tu pareja es una de esas personas cerradas, obsesivas y con la sensibilidad de una tortuga, mejor no la invites. No necesitas compañía para embelesarte con una bella pintura, una escultura imponente o el lamento de un saxofón al atardecer. Hay placeres que no son para compartir.
Del libro:
AMAR O DEPENDER
Walter Riso