En todo el mundo la gente está tan ocupada corriendo de aquí para allá que olvidan disfrutar de la belleza que les rodea. Estamos tan acostumbrados a huir ciegamente hacia adelante que nos robamos los momentos de alegría.
Una vez soñé que estaba preparando una estancia para Khandro Rinpoche y que me apresuraba a limpiar y cocinar. De repente llegó el coche y allí estaba ella con sus asistentes. Cuando corrí a saludarles, Rinpoche sonrió y me preguntó: «¿Has visto salir el sol esta mañana?» Yo le respondí: «No, Rinpoche, no lo he visto. Estaba demasiado ocupada para ver el sol.» Ella se rió y me dijo: «¡Demasiado ocupada para vivir la vida!»
A veces parece que preferimos la oscuridad y la prisa. Podemos protestar, quejarnos y estar enfadados durante mil años, pero aun en medio de la amargura y el resentimiento podemos vislumbrar la posibilidad de maitri (el amor a uno mismo). Oímos llorar a un niño u olemos el pan que alguien está haciendo; sentimos la frescura del aire o vemos el primer azafrán de primavera, y a pesar nuestro nos sentimos transportados por la belleza de nuestro propio patio trasero.
Del libro:
Cuando Todo Se Derrumba
Pema Chödron