jueves, 11 de julio de 2013

INTENTARÉ NUEVAS ESTRATEGIAS DE SEDUCCIÓN


Distorsión cognitiva: Minimizar los defectos de la pareja o la relación, impiden alcanzar la posición realista mencionada, y fortalece irracionalmente la conducta del apego.

DÉCIMO CUARTA EXCUSA. Intentaré nuevas estrategias de seducción”

En oposición al anterior esquema, este pensamiento implica poner el problema adentro, pero demasiado adentro: “La persona que amo no está conmigo porque no he sabido retenerla; si mejoro mis habilidades de conquista, la volveré a recuperar. Por desgracia, la restitución afectiva no es fácil de lograr.

Aunque parezca obvio, para que la reconquista afectiva pueda ocurrir debe haber alguien dispuesto a ser conquistado. El amor no es como la guerra o la toma por el poder (el amor perdido no se restablece mediante el acoso y la persecución obsesiva). En las lides afectivas, la conquista obligada recibe el nombre de violación. Si el otro está en un estado de desamor agudo, es mejor no hacer nada y dejar que la alteración siga su curso. Pero los apegados suelen entrar en pánico y comportarse irracionalmente. Una señora de cincuenta años decidió hacerse una cirugía para estrechar su conducto vaginal con la esperanza de recuperar el amor de su esposo. Un hombre, que ahora está en la cárcel, estafó a más de una persona para mostrarse económicamente exitoso frente a su ex mujer y volver al matrimonio. Perfumarse, vestirse mejor, bajar de peso, mejorar el empleo, llenarse de silicona, jugar a ser un seductor o una Mata Hari, pueden llegar a ser ingredientes útiles cuando el amor está vivo, pero no poseen la fuerza necesaria para reactivar un afecto en bancarrota.

La recuperación de la pareja perdida, si acaso fuera posible, no se logra con dos o tres cambios superficiales de comportamiento. Las relaciones afectivas obedecen a una historia particular, especial y no reproducible, que determina su esencia básica y un perfil interpersonal único. Desconocer esa evolución puede llevar a actitudes facilistas que en nada ayudan a fortalecer el vínculo.

Si quieres intentar un plan de reconquista, no lo hagas a la ligera. Primero debes tener muy claras las causas de la ruptura, el diagnóstico, la explicación de por qué no funcionó, a ver si tienes oportunidad de alcanzar el objetivo. No te hagas falsas expectativas: cuando una relación anda mal, el remedio suele ser complejo y difícil de aplicar. Los “pañitos de agua tibia” pueden calmar el malestar, pero no eliminan la infección.

Del libro:
AMAR O DEPENDER
Walter Riso