jueves, 22 de agosto de 2013

SALVAJE


El amor es salvaje, y en cuanto uno intenta domesticarlo, resulta destruido. Es un remolino de libertad, de salvajismo, de espontaneidad.

No puedes dirigir y controlar el amor. Controlado, está muerto. Solo puede ser controlado cuando ya lo has matado. Si está vivo, te controla, no al revés. Si está vivo, te posee. Simplemente estas perdido en él porque es más grande y vasto que tú, más primigenio, más fundacional. 

Así que recuerdalo, porque del mismo modo llega Dios. Del modo en que te llega el amor, así te llega Dios. Dios también es salvaje... más que el amor. Un Dios civilizado no es un Dios. El Dios de la iglesia, el del templo, no es más que un ídolo. Dios ha desaparecido de allí hace mucho tiempo, porque no hay modo de aprisionar a Dios en un templo o en una iglesia. Para Dios, esas son tumbas. 

Si quieres encontrar a Dios, deberás estar disponible a la energía salvaje de la vida. El amor es el primer vislumbre, el inicio del viaje. Dios es el clímax, la culminación, pero Dios llega como un remolino. Te arrancará de cuajo, te poseerá. Te aplastará en piezas. Te matará y resucitará. Ha de ser ambas cosas: la cruz y la resurrección.

Del libro:
DÍA A DÍA
Osho
Día 165