sábado, 30 de noviembre de 2013

SOMOS LO QUE COMEMOS


Nuestra ira, frustración y desesperanza tienen mucho que ver con nuestro cuerpo y con la comida que ingerimos.

Debemos desarrollar una estrategia para comer, para consumir, a fin de protegernos de la ira y la violencia. El hecho de comer es un aspecto de la civilización. La forma de cultivar los alimentos, la clase de comida que ingerimos y el modo de comer tienen mucho que ver con la civilización, porque las elecciones que efectuemos pueden generar la paz y aliviar el sufrimiento.

La comida que tomamos desempeña un papel muy importante en la producción de nuestra ira.

La comida que ingerimos puede contener ira. Cuando comemos carne de un animal que tiene la enfermedad de las vacas locas, esa carne está llena de ira. Debemos también fijarnos en las otras clases de comida que consumimos. Cuando comemos un huevo o pollo, sabemos que ese huevo o ese pollo pueden contener mucha ira. Y como nos alimentamos con ira, tenemos que expresarla. 

Hoy en día los pollos se crían en granjas avícolas modernas de producción intensiva en las que no pueden caminar, correr, ni buscar la comida en la tierra. 

Son alimentados por los humanos. Están confinados en pequeñas jaulas en las que apenas pueden moverse. Noche y día han de estar de pie. Imagina que no tuvieras derecho a caminar ni a correr. Imagina que tuvieras que estar noche y día en el mismo lugar. Enloquecerías. Así que los pollos enloquecen. 

Para que las gallinas pongan más, huevos, los granjeros crean el día y la noche artificialmente. Usan una iluminación interior que acorta el día y la noche, así las gallinas creen que ya han pasado las veinticuatro horas y producen más huevos. 

Estas gallinas están llenas de ira, frustración y sufrimiento. Para expresar su ira y su frustración atacan a las otras gallinas que haya su lado. Usan sus picos para picarse y herirse entre ellas. 

Se hacen sangrar y sufrir, y mueren a causa de ello. Por eso los granjeros les recortan ahora el pico, para evitar que se piquen unas a otras por la gran frustración que sienten. 

Cuando comes carne o huevos de esta clase de gallinas, estás comiendo ira y frustración. Sé consciente de ello. Ten cuidado con lo que comes. Si consumes ira, te convertirás en ella y la expresarás. Si consumes desesperanza, expresarás desesperanza. Si consumes frustración, expresarás frustración. 

Hemos de comer huevos felices de gallinas felices. Hemos de beber leche que no proceda de vacas furiosas. 

Hemos de beber leche biológica de vacas que se hayan criado en el campo. Hemos de hacer un esfuerzo para apoyar a los granjeros que crían a los animales de una forma más humana. Debemos también comprar verduras que se hayan cultivado en huertos biológicos. Son más caras pero, para compensarlo, comemos menos, ya que podemos aprender a comer menos. 

Extracto del libro:
LA IRA
(El dominio del fuego interior) 
Thich Nhat Hanh