Un hombre espiritual carece de carácter.
Una persona es una abertura. ¿Mañana quién sabe quién serás? Ni siquiera tú puedes decirlo, porque aún no has conocido el mañana ni lo que te traerá. De modo que la gente que de verdad está alerta nunca promete nada, porque, ¿cómo puedes prometer? No puedes decirle a alguien: «Mañana también te amaré», porque, ¿quién sabe?. La verdadera percepción te aportará tal humildad que dirás: «No puedo decir nada sobre el mañana. Ya veremos. Deja que venga. Espero amarte, pero nada es seguro». Y ahí radica la belleza.
Un hombre espiritual carece de carácter. Es libertad, y es muy confuso. Un hombre de carácter tiene las cosas muy claras, pero un hombre que vive en libertad es muy confuso consigo mismo y también con los demás. Pero posee belleza en ello, porque está vivo, siempre palpitando con posibilidades nuevas, con nuevas potencialidades.
Extracto del libro:
DÍA A DÍA
Osho
Día 214
Osho
Día 214