Hay muchas cosas que yo puedo hacer para demostrar, para mostrar, para corroborar, confirmar o legitimar que te quiero, paro hay una sola cosa que yo puedo hacer con mi amor, y es quererte ocuparme de vos, actuar mis afectos como yo los siento. Y como yo lo sienta será mi manera de quererte.
Vos podés recibirlo o podés negarlo, podés darte cuenta de lo que significa o podés ignorarlo supinamente.
Pero ésta es mi manera de quererte, no hay ninguna otra disponible.
Cada uno de nosotros tiene una sola manera de querer, la propia. En el campo de la salud mental, muchas veces nos encontramos con alguien que mal aprendió, sin darse cuenta, que querer es golpear, y termina casándose con otro golpeador para sentirse querido (muchas de las mujeres golpeadas han sido hijas golpeadas).
Durante siglos se ha maltratado y lastimado a los niños mientras se les decía que esto era para el bien de ellos: “Me duele mas a mi que a vos pegarte”, dicen los padres.
Y a los cinco años, uno no está en condiciones de juzgar si esto es cierto o no.
Y uno condiciona su conducta.
Y uno sigue, muchas veces, comiendo mierda y creyendo que es nutritivo.
Cuando trabajé con adictos durante la época de especialización como psiquiatra, atendí a una mujer que tenía un padre alcohólico . la conocí en la clínica donde su marido estaba internado. Durante muchos años ella acompañó a su esposo a los grupos de alcohólicos anónimos para tratar de que superara su adicción, que llevaba mas de doce años. Finalmente, le estuvo en abstinencia durante 24 meses. La mujer vino a verme para decirme que, después de 17 años de casados, sentía que su misión ya estaba cumplida, que el ya estaba recuperado... Yo, que en aquel entonces tenía 27 años y era un médico recibido hacía muy poco, interpreté que en realidad lo que ella quería era curar a su papá, y entonces había redimido la historia de curar al padre curando a su marido. Ella dijo: “Puede ser, pero ya no me une nada a mi marido, he sufrido tanto por su alcoholismo, que me quedé para no abandonarlo en medio del tratamiento, pero ahora no quiero saber mas nada con el”. El caso es que se separaron. Un años después, incidentalmente y en otro lugar, me encontré con esta mujer que había hecho una nueva pareja. Se había vuelto a casar... con otro alcohólico.
Estas historias, que desde la lógica no se entienden, tienen mucho que ver con la manera en que uno transita
sus propias cosas irresueltas, cómo uno entiende lo que es querer.
Extracto del libro:
El Camino del Encuentro
Jorge Bucay