¿Podemos volver a lo desnudo y sin artificio? ¿Podemos volver atrás? Este es el principio del principio: lo desnudo y sin artificio, nuestro viejo y conocido dedo sangrante.
Volver a lo recto, a lo íntegro, a los mínimos de lo desnudo y sin artificio. Relajarnos en el momento presente, relajarnos en la ausencia de esperanza, relajarnos en la muerte, no resistirnos al hecho de que las cosas se acaban, de que las cosas pasan, de que no tienen sustancia duradera, de que todo está cambiando constantemente: éste es el mensaje básico.
Cuando hablamos de la desesperanza y de la muerte estamos hablando de enfrentar los hechos, de no escaparnos. Puede que sigamos teniendo adicciones de todo tipo, pero dejamos de creer que vayan a darnos la felicidad. Muchas veces hemos cedido a nuestra adicción a la gratificación inmediata; lo hemos hecho tantas veces que aferramos a la esperanza ha pasado de ser un placer a corto plazo a convertirse en un infierno a largo plazo.
Renunciar a la esperanza te anima a quedarte contigo mismo, a ser tu propio amigo, a no huir de ti mismo, a volver a lo simple y sin artificio, pase lo pase. El telón de fondo de toda esta cuestión es el miedo a la muerte: es lo que nos inquieta, lo que nos hace sentir pánico, lo que nos pone ansiosos. Pero si experimentamos completamente la desesperanza, renunciando a toda alternativa al momento presente, podemos tener una relación alegre con nuestras vidas, una relación honesta y directa, una relación que ya no ignore la realidad de la impermanencia y de la muerte.
Extracto del libro:
Cuando Todo Se Derrumba
Pema Chödron