sábado, 22 de febrero de 2014

LOS DOS NIVELES DEL DOLOR


Algunas enseñanzas espirituales afirman que, en último término, todo dolor es ilusorio. Eso es cierto, pero la cuestión es: ¿es esta afirmación verdadera para ti? El mero hecho de creerla no hace que sea verdad.

¿Quieres seguir experimentando dolor el resto de tu vida y continuar diciendo que es una ilusión? ¿Te liberas así del dolor? Lo que nos importa aquí es cómo plasmar esa verdad, cómo hacerla real en tu propia experiencia.

El dolor es inevitable mientras sigas identificándote con tu mente, es decir, mientras sigas siendo espiritualmente inconsciente. Me refiero básicamente al dolor emocional, que también es la principal causa del dolor físico y de las enfermedades físicas. El resentimiento, el odio, la autocompasión, la culpabilidad, la ira, la depresión, los celos, e incluso la menor irritación..., todos ellos son formas de dolor. Y cada placer o cumbre emocional contiene dentro de sí la semilla del dolor: su opuesto inseparable, que se manifestará con el tiempo.

Cualquiera que haya tomado drogas para sentirse «mejor» sabe que después de la subida viene la bajada, que el placer se convierte en algún tipo de dolor. Muchas personas saben también que las relaciones íntimas pasan rápidamente de ser una fuente de placer a convertirse en una fuente de dolor. Vistas desde una perspectiva superior, las polaridades positiva y negativa son las dos caras de la misma moneda, y ambas forman parte del dolor subyacente, inseparable del estado de conciencia del ego en el que te identificas con la mente.

Tu dolor tiene dos niveles: el dolor que creas ahora y el dolor del pasado que aún vive en tu cuerpo y en tu mente.


PRACTICANDO EL PODER DEL AHORA (extracto)
Enseñanzas, Meditaciones y Ejercicios Esenciales
Eckhart Tolle