lunes, 3 de marzo de 2014

EL PESO DEL AGUA


Un conferencista hablaba sobre el manejo de la tensión. Levantó un vaso de agua y preguntó al auditorio: 

—¿Cuánto creen ustedes que pesa este vaso de agua? 

Las respuestas del público variaron entre 20 y 500 gramos. Entonces el conferencista comentó: 

—No, eso depende. No es un asunto de peso sino de tiempo. En verdad poco importa el peso absoluto. Lo que importa considerar es el tiempo que voy a sostenerlo. Si lo sostengo por un minuto, no pasa nada. Si lo sostengo durante una hora me empezará a doler el brazo. Si lo sostengo durante un día completo, tendrán que llamar una ambulancia. Y es exactamente el mismo peso: pero mientras más tiempo paso sosteniéndolo, más pesado se va volviendo.

Y concluyó: 

—Si cargamos nuestros pesos todo el tiempo, más temprano o más tarde no seremos capaces de continuar: la carga se irá volviendo cada vez más y más pesada. Lo que tienes que hacer es dejar el vaso en algún lugar y descansar un poco antes de sostenerlo nuevamente. Tienes que dejar la carga periódicamente: eso es reconfortante y te permite continuar de nuevo. 

Por lo tanto, antes de que regreses esta noche a tu casa deja afuera el peso de tus tensiones. No lo lleves a tu casa. Mañana podrás recogerlo otra vez, al salir. 

¿Son las grandes tensiones sólo pequeñas cargas aumentadas por nuestro hábito de seguirlas cargando? 
¿Puedes descargar tu tensión laboral antes de llegar a tu casa?

Extracto del libro:
La culpa es de la vaca 2a parte
Lopera y Bernal