Siempre que haya algo de presión del exterior, la entrada directa a la meditación se torna difícil. De modo que antes de meditar; durante un periodo de quince minutos, tienes que hacer algo para cancelar la presión.
Durante quince minutos, siéntate en silencio, piensa que todo el mundo es un sueño... ¡y lo es! Piensa que es un sueño y que no hay nada de importancia en él. Eso es lo primero.
Lo segundo. Tarde o temprano todo desaparecerá..., también tú. No siempre estuviste ahí, no siempre lo estarás. De manera que nada es permanente. Y tercero: solo eres testigo. Esto es un sueño pasajero, una película. Recuerda estas tres cosas: que este mundo es un sueño y que todo va a pasar, incluso tú. La muerte se acerca y la única realidad que hay es la del testigo, de modo que solo eres testigo. Relaja el cuerpo, luego se testigo durante quince minutos y después medita. Podrás entrar en la meditación y ya no habrá problema.
Pero siempre que sientas que esa meditación se ha vuelto sencilla, para; de lo contrario se volverá habitual. Ha de ser utilizada solo en condiciones específicas, cuando es difícil entrar en la meditación. Si la haces todos los días, está bien, pero perderá su efecto, y entonces dejará de funcionar. Así que úsala medicinalmente. Cuando las cosas vayan mal y se compliquen, hazlo, y te despejará el camino y serás capaz de relajarte.
Extracto del libro:
DÍA A DÍA
Osho
Día 226
Osho
Día 226