Las meditaciones de vida y de muerte te pueden ayudar tremendamente.
Por la noche, antes de irte a dormir, realiza esta meditación de quince minutos. Es una meditación sobre la muerte. Túmbate y relaja el cuerpo. Siente como si te estuvieras muriendo y que no puedes mover el cuerpo porque estas muerto. Crea la sensación de que estas desapareciendo del cuerpo. Hazlo durante diez, quince minutos, y a la semana empezaras a sentirlo. Quédate dormido meditando de esa manera. No lo interrumpas. Deja que la meditación se convierta en sueño y, si el sueño te vence, entra en él.
Por la mañana, en cuanto sientas que estas despiertos -no abras los ojos-, lleva a cabo la meditación de vida. Siente que cobras vida más plenamente, que la vida regresa y todo el cuerpo se halla lleno de vitalidad y energía. Empieza a moverte, oscilando en la cama con los ojos cerrados. Siente que la vida fluye en ti. Siente que el cuerpo tiene un gran flujo de energía, justo lo opuesto que la meditación de muerte. Así que realizad la meditación de muerte por la noche antes de irte a dormir y la meditación de vida justo antes de levantarte.
Con la meditación de vida puedes respirar hondo. Simplemente siéntete lleno de energía... que la vida entra con la respiración. Siéntete pleno y muy feliz, vivo. Luego, pasado quince minutos, levántate. Las meditaciones de vida y de muerte te pueden ayudar tremendamente.
Extracto del libro:
DÍA A DÍA
Osho
Día 230
Osho
Día 230